Cómo invertir en Ferrari

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¿A quién no le gustan los coches deportivos? Si eres como yo, puede que pienses que es una moda que se pasará en algún momento. Sin embargo, los coches deportivos siguen siendo un objeto de deseo para mucha gente. Simbolizan el prestigio, los sueños, el dinero y la buena vida. Y uno de los iconos más conocidos de este sueño es Ferrari.

 

¿Merece la pena invertir en Ferrari hoy en día?

 

Antes de responder a esto, veamos algunos datos. 

A pesar de ser una empresa con 70 años a sus espaldas, Ferrari salió a bolsa por primera vez en 2015, tras una reorganización interna y el nombramiento de Sergio Marchionne como nuevo CEO. Si hubieras invertido 1.000 euros cuando la compañía salió a bolsa, hoy tendrías más de 4.000 euros, lo que supone un incremento de tu capital del 365%. La misma cantidad invertida en las acciones del índice S&P 500 valdría hoy unos 2.000 euros. La rentabilidad es innegable. 

La tendencia positiva no se ha mantenido durante el año pasado, cuando las acciones de la empresa tuvieron un rendimiento ligeramente inferior al de la media de las empresas estadounidenses. La cotización de Ferrari ha subido un 15%, frente al 32% del conjunto de empresas del S&P 500 entre agosto de 2020 y agosto de 2021.

 

 

Vamos a sumergirnos en los planes pasados y futuros de Ferrari para tener una mejor visión general. 

De la escudería de carreras a la marca global multimillonaria

 

En 1908, Enzo Ferrari, de 10 años, vio su primera carrera de coches y quedó fascinado de inmediato. En su juventud, tras formar parte del ejército italiano en la Primera Guerra Mundial, consiguió encontrar trabajo en pequeñas empresas automovilísticas. 

A principios de los años 20, Enzo consiguió un trabajo en Alfa Romeo como piloto de carreras y en 1929 lanzó la Scuderia Ferrari, que para 1933 se había convertido prácticamente en la división de carreras de Alfa. En 1937, Enzo cerró la Scuderia Ferrari y se convirtió en el director de la división de carreras de Alfa Romeo, Alfa Corse. En 1939, Enzo decidió crear su propia empresa con un nombre diferente debido a un acuerdo de no competencia que se mantendría durante cinco años. El primer coche con el nombre Ferrari no se lanzó hasta 1947.

A finales de los años 40, Luigi Chinetti, un exitoso piloto de carreras italo-americano, se dirigió a Ferrari para proponerle construir coches deportivos dirigidos al gran público. Ferrari se mostró reticente al principio porque el objetivo principal de su empresa era ganar carreras. Chinetti consiguió convencer a Enzo y, a principios de los años 50, abrieron el primer concesionario Ferrari en Estados Unidos. Esto supuso una revolución en el negocio de Ferrari. Pronto aparecieron coches legendarios como el California Spider, el GTO y el Testarossa.

En 1969, Enzo se dio cuenta de que su empresa necesitaba recursos adicionales no sólo para tener éxito, sino también para sobrevivir, y decidió vender el 50% del negocio a FIAT.

Tras la muerte de Enzo Ferrari, el veterano ejecutivo Luca Cordero di Montezemolo asumió el cargo de Presidente y, posteriormente, de Director General. Bajo su dirección, Ferrari se transformó en una marca de lujo mundial.

Hoy en día, la empresa vende sus supercoches por cientos de miles de dólares y sus hipercoches por millones, mientras sigue ganando carreras.

 

¿Qué mueve el precio de las acciones de Ferrari?

 

Ferrari ha recorrido un largo camino en las últimas siete décadas, empezando como un constructor de coches de carreras novato y convirtiéndose en una marca global multimillonaria.

En 2015, en la OPV de Ferrari en la Bolsa de Nueva York, la empresa fue valorada en casi 10.000 millones de dólares. Ahora, la capitalización bursátil de la empresa ha subido a más de 35.000 millones de dólares. Esto convierte al fabricante de automóviles en una de las marcas más valiosas y reconocidas del mundo. Fiel a sus raíces, Ferrari cotiza en la Bolsa de Nueva York con el ticker RACE.

Desde su salida a bolsa, la valoración de Ferrari siempre ha sido alta dentro de los estándares de la industria del automóvil y los analistas se han mostrado totalmente desconcertados por su modelo de negocio. Por un lado, el poder de fijación de precios, los altos márgenes y el ROIC (‘Return on Invested Capital’ o retorno sobre el capital invertido) de Ferrari lo convertían en un gran negocio. Por otro lado, ese poder de fijación de precios tenía un coste. La financiación del programa de carreras de Ferrari sólo provenía de vender coches. Así ha sido siempre desde que Enzo Ferrari decidió crear la Scuderia Ferrari. Pero como las carreras son caras, Ferrari decidió empezar a fabricar coches "normales" para financiar la parte más pasional de la organización. 

También es importante tener en cuenta que Ferrari limita artificialmente sus cifras de producción anual para preservar la exclusividad de sus coches. Pero sin crecimiento, ¿cómo convencer a los inversores para que compren sus acciones? 

Resulta que Ferrari puede generar crecimiento de ventas y beneficios a la larga sin comprometer la exclusividad de su marca. El desarrollo del mercado del lujo en China ha sido una bendición para la empresa, ya que ha aumentado el volumen de compradores de Ferrari en todo el mundo. A medida que los pedidos totales de Ferrari han aumentado, la producción (y, por tanto, las ventas) se han incrementado de forma gradual sin desvirtuar la imagen de marca. 

Eso ha repercutido en los beneficios. Según el último informe de resultados, los ingresos netos de Ferrari casi se han duplicado con respecto al año anterior y han aumentado un 5,2% con respecto al segundo trimestre de 2019. 

Un gran desafío al que podría enfrentarse la compañía es el aumento de las preocupaciones sobre la contaminación atmosférica de los motores de combustión. Hasta hace unas semanas, Ferrari no estaba interesada en desarrollar coches eléctricos, pero esto ha cambiado recientemente. En junio de 2021, la empresa presentó el primer deportivo híbrido, sumándose a la carrera hacia los eléctricos. Las reacciones de los inversores hacia este nuevo modelo han sido increíblemente positivas y el precio de las acciones ha subido en el último mes.

Algunos de sus seguidores temen que esta vía pueda dañar la reputación de la empresa. La gente que suele comprar Ferraris no está tan preocupada por el medio ambiente, y lo que quiere es comprar un coche rápido que sea divertido de conducir. La empresa tendrá que enfrentarse a un duro reto para intentar reconciliar las necesidades de un mundo moderno, abocado a evolucionar hacia una producción más sostenible, su estatus de lujo y los compradores de la vieja escuela. 

Para algunas personas, invertir en una empresa que produce coches deportivos de lujo es como invertir en una obra de arte. Los Ferrari se consideran arte a muchos niveles debido a la artesanía y la exclusividad que representan. Invertir en Ferrari es apostar por que la empresa será capaz de seguir manteniendo su estatus de exclusividad mientras desarrolla nuevas tecnologías más sostenibles.

  

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